Mente y cuerpo no siempre van de la mano: ¿cómo tengo que entrenar si estoy estresado?
Nuestro primer consejo es que no dejes de entrenar por muy estresado que estés. Y si no entrenas? ¿a qué estás esperando? Siempre hay tiempo. Las personas que sacan unos minutos al día para entrenar, son más eficientes en el trabajo que las que se tumban en el sofá a ver la tele.
Es preferible levantarse una hora antes para entrenar cada mañana que pasar dos horas dando vueltas en la cama con insomnio.
El ejercicio físico es una gran herramienta para canalizar el estrés: controlar esas reacciones fisiológicas a situaciones de alarma para aprovechar los beneficios de ese mecanismo natural y minimizar sus efectos nocivos sobre la salud.
El estrés puede estar presente en nuestra vida deportiva de dos maneras: como reacción positiva para el rendimiento (¿recuerdas el portero que lograba parar un penalti?) y como una reacción negativa en nuestra vida diaria que podemos aliviar con la práctica deportiva.
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